Ambos cadáveres fueron descubiertos en el interior de la casa familiar
John David Bound, un hombre de 59 años y su madre, Gwendoline Christine Bound, de 80, han sido encontrados muertos en su casa de Carmarthenshire, en Gales, en la zona occidental de Gran Bretaña, por un familiar.
El hombre había confesado su preocupación por las restricciones del coronavirus, ya que no sabía si iba a poder salir adelante, y además, temía no poder hacerse cargo de sus animales y no poder controlar su bienestar. No sabía como se iba a arreglar para poder superar los difíciles momentos y todo parece indicar a que eso le llevó a cometer el crimen y quitarle la vida a su madre.
La víctima recibió un impacto en el pecho y John tenía heridas en la cabeza. El aresor poseía varias armas, entre ellas tres escopetas y dos rifles, que utilizaba para controlar su población de conejos, según recoge BBC.
Los forenses han concluido que “algo” llevó al hombre a cometer el crimen y después suicidarse, pero que no se trató de una muere premeditada. Seguramente fuese esa desesperación por no saber si lograría salir adelante lo que lo llevó a acabar con la vida de su madre y después con la suya.